Anatema Infernal del Testigo Carmesí

Forzado a arrodillarse ante el altar de su propio templo, el prelado Vidmar, jefe de la Orden del Grado de Cristal, supo lo que era odiar con todo su ser. Su rebaño, acólitos y suplicantes por igual, yacía en pedazos a su alrededor. Cuando la criatura —ya que no podía llamarse hombre— levantó su mano demoníaca una vez más, el prelado se concentró en el fuego de su propia ira. Con su último aliento, mientras el terrible poder de Lion se estrellaba contra su cuerpo, Vidmar maldijo al brujo demoníaco. Fortalecida por el conducto arcano del hechizo del brujo, la maldición del prelado penetró en la mano de Lion y la corrompió con Putrefacción de Cristal. Solo fusionando la mitra modificada del prelado con la carne afectada pudo Lion frenar el avance de la plaga cristalina. y llegará un día en el que deberá encontrar una solución más permanente.